Conocía la existencia del coaching como técnica de motivación a través de artículos periodísticos, de mi formación como entrenador de fútbol y de mi búsqueda por internet y las redes sociales. Conocía de la importancia de la motivación deportiva gracias a mi experiencia deportiva como elemento fundamental para obtener el máximo rendimiento posible a los deportistas, pero aun así era reacio a realizar estas técnicas de motivación por miedo a la reacción del grupo, por su incredulidad o su escasa preparación para afrontarlas.

Fue una conversación con mi amigo Fernando Romero la que me convenció de que teníamos que probar y realizar con INTEMO COACHING alguna sesión y comprobar la reacción de los futbolistas. Dicho y hecho. Planificamos juntos el  mejor momento para realizarla, los objetivos que perseguíamos, y la duración, el lugar, los medios a emplear y la técnica a emplear fue elección de Fernando.

Los resultados me terminaron de convencer. Teníamos que repetir  y no solo eso, sino incorporar a INTEMO en el equipo, añadiendo las sesiones adecuadas en los momentos justos y según el devenir de la competición y de las sensaciones deportivas realizar las pertinentes sesiones.

El compromiso del equipo, el compañerismo, el sentirse importante, el disfrutar de cada entrenamiento se apreciaba en cada uno de los futbolistas. Eso agrandó y mejoró al equipo. Eso ayudó a obtener mejores resultados deportivos. Estoy convencido de ello. También hubo suerte, no lo dudo, pero aunque el resultado hubiera sido otro, la experiencia hubiera valido la pena igual. Los futbolistas querían repetir sesión, respetaban y colaboraban al máximo con el cuerpo técnico y con INTEMO, al cual ya consideré parte importante de dicho cuerpo.

El día del ascenso, con la charla previa al partido, con ese silencio escrupuloso en el vestuario, las sensaciones y emociones positivas se palpaban en el ambiente. El respeto, la implicación, el cariño mutuo y sincero, los abrazos eran reales, se notaba. La fe en el trabajo compartido, la unión de un vestuario en torno a un objetivo claro y ambicioso fue el logro de INTEMO, que nos llevó a conseguirlo.

Soy afortunado, lo reconozco. He disfrutado del fútbol. Y he aprendido cosas que intentaré aprovecharlas en mis siguientes proyectos y objetivos. Y estoy seguro que volveré a contar con el Coaching deportivo y con INTEMO para los siguientes  retos que aparezcan en el camino.

(Manolo Rodríguez, entrenador del Atlético Puertollano, con quien ha conseguido el ascenso a Primera Preferente)