Éxito de marcas: como el SEAT Ibiza salvó del caos a la marca española

La Historia de España más reciente no se puede explicar sin modelos míticos que ha consumido el ciudadano medio español. El SEAT 600, el SEAT 1.500, el Citröen 2CV, el Renault 5 o el Renault 8 han invadido las calles de la geografía española.

Otro que ha pasado a la historia ha sido el SEAT Ibiza. No es para menos, cinco ediciones durante 36 años son una muestra de la viabilidad del producto por parte de la marca española. Al fin y al cabo, se trata de un modelo cuyo precio resulta factible para la clase media española.

Pero si repasamos su historia, podemos percatarnos de que el lanzamiento de su primer modelo supuso algo más que un nuevo producto para SEAT. Situándonos a principios de los años 80, la marca española se encontraba al borde del infierno. En aquel momento, FIAT se había desprendido de SEAT, quedando el sello empresarial bajo manos del INI (Instituto Nacional de Industria).

Para colmo, los modelos que salían eran idénticos a los de FIAT, el 127 parecía un calco del FIAT Fura, el Ronda al Ritmo y el Málaga al Ritmo. Sin duda, la reputación de la fábrica de Martorell estaba en entredicho y hacía falta un golpe de improvisación.

Dicha solución surgió tras verse en tierra de nadie. FIAT se desvinculó de ella y pretendía ser absorbida por Volkswagen. Por tanto, tocaba dar una solución inmediata y esa fue la construcción del primer coche "made in Spain". Eso sí, fue realizado prácticamente a pedazos. Tuvo diseño italiano, carrocería alemana (Karmann) y el motor también fue germano. Fue fabricado por Porsche, pero siguiendo la tecnología de la fábrica catalana.

No obstante, faltaba el elemento de marketing para poner la guinda, concretamente el nombre. En aquel momento, se había empezado a buscar nombres a los modelos que relacionaran a la empresa con la marca España mediante su influencia en el turismo. Por tanto, del SEAT Ronda y del SEAT Málaga, este producto pasaría a llamarse SEAT Ibiza.

Cabe recordar que Ibiza es sinónimo de fiesta y playa como muestra de la esencia del turismo ibérico. Por tanto, se trató de relacionar dicho modelo con las ansias de disfrute por parte de la juventud.

Los resultados en ventas fueron escandalosamente positivos. Volkswagen se interesó en la marca y se hizo con gran parte de las acciones, promoviendo la remodelación de una nueva fábrica en Martorell que fue inaugurada en 1993.

Como reflexión final, podemos comprobar que un excelente éxito de ventas de un producto debe estar secundado por una estrategia de marketing. La metáfora juega un rol fundamental. En este caso, Ibiza fue el elemento idóneo para vincular el vehículo a la sencillez y a la calidad que atesora la juventud.

En definitiva, el origen del SEAT Ibiza demuestran como una sola acción puede desencadenar un efecto mariposa que te lleve al éxito. Además de haber acertado en el diseño, su departamento de marketing realizó un majestuoso ejercicio al vincular la sencillez de su diseño con el aroma a fiesta existe