"Deshumanizando mitos": Walt Disney y su contacto con el fracaso

Disney es una marca que ha marcado un antes y un después en nuestra sociedad. No es para menos, películas como "101 dálmatas", "Aladdin" o "Blancanieve y los siete enanitos", entre otros títulos, han engrandedico a un gigante empresarial que ha despertado el niño que llevamos dentro en forma de expresión artística.

El principal responsable de semejante éxito es del empresario Walt Disney, de origen americano y con antepasados españoles procedentes de Almería. Paradójicamente, su éxito no fue cuestión de "un cuento de Disney". Para llegar a dicho nivel de triunfo, tuvo que catar el truculento sabor del fracaso.

A sus 22 años se inició en el mundo de los negocios y se llevó su primer desengaño. Tuvo que declarar en bancarrota la empresa Laugh-O-Gram Film, especializada en cortometrajes animados basados en cuentos y relatos populares para niños, como “El Gato con Botas” o “Cenicienta”. Y es que, aunque los cortos eran bastante populares en Kansas City, los gastos excedían a los ingresos.

Estaba más que arruinado y solamente tenía 40 dólares en su bolsillo. Pero gozaba de una obra de valor, "Alice’s Wonderland", su primera adaptación de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll. Con este panorama, se marchó a Hollywood.

Envió la película Alice's Wonderland a la distribuidora neoyorquina Margaret Winkler, quien mostró un gran interés por la película y contrató a Disney para producir más películas combinando animación e imagen real y fue contratado.

Fue el primer éxito de un gran número de títulos como "Mickey Mouse", "Alicia en el país de las maravillas", "Blancanieves y los siete enanitos", "Pinocho", demostrando como la riqueza aflora en la mentalidad de la persona, independientemente del dinero que goce. Al mismo tiempo, Walt dejó vigente la importancia de no rendirte ante la búsqueda de un sueño, incluso si es preciso cambiar el método, sin alterar el objetivo.